Monumento inaugurado el 30 de abril de 2011 por el entonces alcalde de El Picazo, D. Joaquín Saiz Escudero. La obra fue instalada con los fondos obtenidos por la venta del disco "Tradición Picaceña", un disco recopilatorio de canciones populares grabado de forma altruista en el año 2010 por un grupo de 40 personas picaceñas.

El monumento, que adoptó también el mismo nombre del disco, Tradición Picaceña, es un homenaje a la noche del 30 de abril, fecha en la que músicos con acordeones, guitarras, cajón y castañuelas acompañan a los quintos y quintas de 18 años para cantar El Mayo a la Virgen, al alcalde, al monumento dedicado a su noche y finalmente a El Pueblo.

La estructura en hierro fue realizada por el artesano conquense Fernando Recuenco Viñuelas y se compone de una clave de sol, algunos de los típicos instrumentos que acompañan año tras año a los chavales  (acordeón, guitarra y castañuelas) y un gorro militar en la parte superior representando a los quintos, como referencia a los tiempos pasados cuando tenían que realizar el servicio militar obligatorio al alcanzar la mayoría de edad.